La multisectorial que reúne organismos de Derechos Humanos, Familiares de víctimas del bombardeo a Plaza de Mayo y sindicatos, incluido FOETRA, organizaron una jornada de homenaje a las más de 300 víctimas del ataque perpetrado el 16 de junio de 1955. Al cumplirse 70 años del bombardeo sobre la población civil las organizaciones realizaron un acto recordatorio con el objetivo de mantener viva la memoria de aquellos que perdieron la vida y denunciar la magnitud de un ataque sin precedentes en la historia, incluso mundial.
En 1955, Argentina no estaba en guerra civil ni había declarado estado de sitio, y aun así, sus propias Fuerzas Armadas y la Aviación Naval atacaron el centro porteño sin aviso previo, a plena luz del día, en un intento de golpe de Estado con el fin de asesinar al entonces presidente Juan Domingo Perón.
El presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Eduardo Tavani, enfatizó la singularidad de lo ocurrido: «La historia está plagada de ejemplos de violencia contra civiles, no fue patrimonio nuestro, no fueron originales en eso, pero sí lo fueron en utilizar las armas en contra de su propio pueblo, que se las había confiado para defender su soberanía territorial y política y fueron usadas para enlutarnos».
El impacto de aquel día fue más allá del sonido de las explosiones. Para muchas familias, la angustia continuó con la desesperada búsqueda de sus seres queridos en hospitales, morgues improvisadas y centros de asistencia. Daniela Marino, que hoy mantiene viva la memoria de su abuelo Juan Carlos y de su padre Miguel Ángel, de apenas 16 años en la época, relató la búsqueda de su padre por su abuelo: «Lo que se encontraron [en la morgue] fue una montaña de cuerpos, con restos humanos irreconocibles y mucha sangre».
La importancia de este acto reside también en romper el silencio que por años encubrió las muertes. «Esas muertes quedaron todas silenciadas, sin nombres ni apellidos. El silencio se convirtió en olvido porque los que hicieron el bombardeo, aunque fracasaron en el derrocamiento, tres meses más tarde tomaron el poder en la llamada Revolución Libertadora. Esas personas, que eran los responsables, ocuparon los puestos jerárquicos más importantes del país. Entonces, en ese momento, quedó todo bajo la alfombra», resaltan los organizadores.
En la jornada de reflexión se destacó el compromiso en la lucha contra el olvido con el objetivo de garantizar que la memoria del bombardeo a Plaza de Mayo sirva como una alerta permanente contra la violencia institucional y en defensa de la democracia y los derechos humanos.